Con este, me acerco a casi 2 años utilizando mi espacio haciendo propuestas. Muchas de las propuestas partieron de la premisa de que en nuestro país, aún con sus dificultades, hemos avanzado y que algunas cosas elementales ya fueron superadas. Recientemente descubrí que en definitiva yo he pecado de iluso. En esta ocasión sangro un poco por la herida con la Junta Central Electoral, ¡Oh, madre santísima! La Junta.
Primero que nada, la división por jurisdicciones de las Oficialías del Estado Civil. Comprendo que esto es un arrastre de la Ley No. 659 de los Actos del Estado Civil de mil novecientos cuarenta y cuatro, pero no pongo reparo en cargar la responsabilidad a la JCE que si bien ha sido muy diligente en someter y conseguir la aprobación de 4 leyes sobre el régimen electoral y los partidos en los últimos 10 años, no ha hecho absolutamente nada con los Actos del Estado Civil, y en especial en eliminar la división por jurisdicciones de las Oficialías. Pudiéndose decir lo mismo de los alguaciles, notarios y registros inmobiliarios, imponer jurisdicciones a los oficiales del estado civil tenía sentido cuando la gente andaba a caballo y la mitad del país estaba sin documentos. Operar bajo ese régimen como si el país estuviera dividido por trocitos, cada uno con sus propias leyes, no tiene sentido. Esto requiere eliminación urgente.
Más aún, realizando las gestiones para mi matrimonio civil descubro que el Oficial del Estado Civil que me estaría casando necesita que yo le presente actos mi estado civil. Por lo que debo ir ante el mismo Oficial del Estado Civil que busco para el matrimonio a los fines de que este me expida esos actos del estado civil para luego proceder con su entrega al mismo Oficial del Estado Civil para que este finalmente, y en teoría, proceda a realizar el matrimonio. Proceso que se evidencia muchísimo más estúpido ahora que lo vengo poniendo por escrito.
Pero como si eso fuera poco, en ejecución de tan estúpido proceso descubro que mi acta de nacimiento está en proceso de “corrección administrativa” y, por tanto, no me puede ser emitida y no me puedo casar hasta tanto termine ese proceso porque el Oficial del Estado Civil necesita que yo le entregue un documento que le corresponde a él mismo emitir. Para aclarar un poco el nivel de absurdo burocrático propio del Siglo XIX que hoy ejecuta la JCE y en el que estoy metido; el Oficial del Estado Civil no me puede casar, porque él no me puede emitir mi acta de nacimiento debido a que la JCE para la cual él trabaja cometió un error interno manipulando mi información sin mi consentimiento el cual esta debe corregir y yo debo esperar, para luego de que el Oficial del Estado Civil me emita el acta de nacimiento yo se la entregue a él mismo.
Usualmente en este punto de mis artículos tiendo hacer una propuesta bien elaborada de correcciones y un listado de tareas a ejecutar, habitualmente incluyendo el uso de tecnologías probadas en estos procesos para facilitar el trabajo del Estado y reducir costos a los ciudadanos. Pero hoy no tengo nada de eso; ¿Para qué hacer de ridículo y perder mi tiempo?
La JCE debería ir a cualquier universidad y contratar a un estudiante de último año de ingeniería industrial, darle un minuto para revisar este ridículo proceso, luego darle 4 horas para que se le pase la risa de haber sido sometido a semejante estupidez, y finalmente darle un papel y un lápiz para que describa el nuevo proceso y ejecutar eso.
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