Por años se ha venido hablando de sustituir la cesantía por un seguro de desempleo, incluso en este mismo espacio he hablado anteriormente sobre el tema. Naturalmente este tema ha sido bastante controversial por sus implicaciones, pero hasta ahora esto se ha venido viendo en términos absolutos donde la implementación del seguro de desempleo elimina por completo a la cesantía. Quizás enfocarnos en un punto medio razonable facilite la conversación y de paso traiga efectos secundarios muy favorables sobre toda la economía.
El seguro de desempleo puede coexistir con la cesantía quedando la elección de cualquiera de los dos mecanismos a la discreción de trabajadores y empleadores. Esto permitirá crear un mercado laboral más dinámico y con más opciones de retribuciones que al que ofrecen las dos alternativas deterministas del seguro o la cesantía.
Dejarlo a la opción de los trabajadores y empleadores intuitivamente pudiera sugerir que todos los empleadores van a volcarse por el seguro de desempleo por este representar un impacto económico menor, pero el seguro de desempleo deberá ejecutarse a través de la Tesorería de la Seguridad Social lo que representaría un requerimiento de formalización por parte de ese empleador. Para los empleadores informales esto representará una elección entre la cesantía o la formalidad.
En efecto, el seguro de desempleo podrá funcionar como un incentivo considerable para estimular la formalización de nuestra economía y con todos los beneficios que ello implicaría, no solo para esos negocios informales, sino para toda la economía y el Sistema Dominicano de Seguridad Social. No espero, que esto mágicamente elimine la informalidad, eso es muy poco probable, pero sí entiendo que una cantidad sustancial de negocios que hoy operan en la informalidad prefieran asumir los costos de la formalidad que seguir corriendo con los riesgos de la cesantía.
Más aún, permitir la coexistencia de la cesantía y el seguro de desempleo permitiría a los empleadores ofrecer una mezcla de ambos como un componente de sus planes de beneficios para poder captar mejor capital humano. En la práctica esto se podría ver como un plan inicial con el seguro de desempleo y la adquisición del derecho de cesantía atado a ciertas metas de productividad o longevidad en el empleo.
En ese escenario entiendo que el Estado y los sectores laborales y empresariales podrían apostar a recibir lo mejor de ambos mundos, flexibilidad laboral, seguridad y dinamismo para todo el mercado laboral dominicano, encontrando un punto medio que permita coexistir ambas modalidades.
Si se evalúan los potenciales efectos secundarios de esta propuesta, en especial su impacto en el sector informal, esta no solo es razonable dentro de la conversación general sobre la cesantía y el seguro de desempleo, sino que debería ser el punto de partida de esa negociación considerando el efecto que esto pudiera tener en la informalidad de nuestra economía.
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