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Writer's pictureOrlando Gomez

Updated: Jun 23, 2022


Considerando el fin del Mes de la Patria entiendo oportuno que nos establezcamos como nación hacer proyectos nacionales que nos promuevan en el mundo, eleven la moral nacional y le agreguen valor y más significado al orgullo de ser dominicanos, más allá de como ya lo han hecho nuestros Padres fundadores y hoy en día nuestros atletas. Como parte de esto propongo establecer un concurso universitario nacional para el diseño-construcción de objetos espaciales.


A la fecha, más de 80 países han colocado un satélite artificial en el espacio, la República Dominicana no es uno de ellos. A medida que los costos para el acceso al espacio se van reduciendo no sólo se hace más evidente que nuestro país debe tratar de incluirse en ese listado, sino que el uso y explotación del espacio es algo que debe empezar a entrar en el radar del Estado.


El objetivo del concurso, y de esta propuesta, en cambio, no es tanto alcanzar al espacio como principal propósito, sino que su misión está anclada en nuestras necesidades muy terrenales.


El concurso debe servir de incentivo a las universidades del país a relanzar sus programas de ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas, y de inspirar a las nuevas generaciones a perseguir esas carreras como norte profesional como parte de una necesidad nacional, en la medida que como país estamos forzados a competir comercialmente con los avances tecnológicos que desarrollan otras naciones.


El Estado como una de las partes promotoras de este concurso, en conjunto con las universidades y el sector privado que se beneficiarían de los cambios de enfoque en la educación superior, debe también poder sacarle provecho a sus resultados estableciendo objetivos que también resulten para su propio beneficio.


El concurso puede establecer enfoques a las necesidades del país. El desarrollo de un satélite que pueda medir constantemente el impacto del cambio climático en nuestras costas y playas sería fundamental para las políticas públicas del sector turismo, así como el monitoreo en los cambios atmosféricos y fenómenos de la naturaleza también serían de alta utilidad para nuestra agricultura y medio ambiente. Las informaciones que pudieran derivar de la ejecución de un concurso de esta naturaleza serían de alto impacto para documentar la elaboración de políticas públicas.


El costo para este tipo de proyectos ha bajado considerablemente en los últimos 10 años, y está en una tendencia a bajar dramáticamente más en los años por venir, no sólo en la elaboración de satélites capaces de mantenerse en órbita y los equipos necesarios para realizar sus estudios, sino muy especialmente en los costos de lanzarlos al espacio.


Ya otros países se han montado en esta ola y están aprovechando las nuevas circunstancias del sector espacial para promover la educación CTIM en sus países, y elevar el orgullo nacional logrando entrar al club espacial. Queda de nosotros también aprovecharlo y no quedarnos detrás viendo a los demás hacerlo desde una TV.


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