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Writer's pictureOrlando Gomez

Updated: Jun 23, 2022


Ahora que el debate sobre la posible reforma del Código Laboral vuelve a cobrar fuerzas en particular por el deseo de retomar las conversaciones sobre el auxilio de cesantía, es bueno poder evaluar si este, en efecto, es tan positivo para los trabajadores y si otras alternativas pudieran ser más viables. Es por ello que en esta ocasión, similar a como ya lo hicieron en su tiempo los empleadores, me gustaría proponer la creación del seguro de desempleo.


Desde el punto de vista de los trabajadores, a primera vista, la cesantía luce como una bendición. Es una indemnización que reciben en caso de que su contrato de trabajo de tiempo indefinido sea terminado por voluntad del empleador, y aumenta significativamente a favor del empleado partiendo de su tiempo en la empresa y su salario.


Dicho lo anterior, la cesantía tiene algunos elementos perjudiciales para el trabajador. La misma no está garantizada, si el empleador realiza un despido justificado, conforme lo define el Código de Trabajo, este no está en obligación de pagar cesantía al empleado. Adicionalmente, y aún si en efecto el despido fue injustificado, el cobro de esa indemnización pudiera estar sujeta a un proceso judicial para hacer valer ese derecho por el cual el empleado despedido incurre en gastos y en el que aún si en el mejor de los casos este llegara a recibir un fallo favorable del juez, este terminará recibiendo sólo una porción de ese beneficio por los costos asociados al proceso.


Adicionalmente el costo de la cesantía se agrega al costo de hacer negocios para una empresa, lo que pudiera decidir de forma negativa en su apetito para contratar o para ofrecer salarios más competitivos. En especial para empresas nuevas, la cesantía pudiera representar un costo prohibitivo para la contratación de personal adicional. Esto opera en detrimento de los trabajadores y desempleados.


Un seguro de desempleo funcionaría distinto. Este no estaría sujeto a las mismas condicionantes de la cesantía, ni sus beneficios estarían sujetos a frecuentes reclamaciones judiciales que perjudiquen a los trabajadores. Probablemente, de haber existido al inicio de la pandemia, hubiera sido una alternativa mucho más efectiva para llevar ayuda económica a quienes más lo necesitaban, incluyendo a empleados y empleadores de MIPYMES.


La estructura de la TSS, actualmente en funcionamiento, es idónea para canalizar los pagos de empleados y empleadores para sostener un seguro nacional de desempleo lo que reduce significativamente su tiempo y costo de implementación. Adicionalmente, al eliminarse la amenaza de la cesantía y dejar su contingencia cubierta con un seguro de desempleo, no sólo se fomentaría la formalización del trabajo, sino que el costo y temor alrededor de esta dejaría ser un factor en la toma de decisiones del empleador respecto de realizar más contrataciones u ofrecer mejores remuneraciones para sus empleados.


La eliminación de la cesantía no es un tema popular debido a los considerables beneficios que una parte significativa de los trabajadores han recibido de esta a lo largo de los años, pero esto ignora sus importantes defectos que también impactan a muchos otros trabajadores y a la economía. La creación de un seguro de desempleo pudiera significar para todos los trabajadores una notoria mejora de sus circunstancias en el peor de los momentos.


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