Hoy en día si una persona fallece, sus sucesores deben atravesar un viacrucis en bancos, AFPs, puestos de bolsas y distintas entidades públicas para poder recuperar el dinero dejado por su familiar en las distintas entidades financieras en el país. El proceso no es fácil, ni es barato si tuviese que llevarlo ante una entidad, tener que hacerlo ante múltiples entidades es una pesadilla. Es por ello que en esta ocasión propongo la creación de un fideicomiso de ejecución sucesoral de bienes financieros en la República Dominicana para centralizar todos esos bienes dejados por personas fallecidas en el Sistema Financiero en una sola sede para facilitar su ejecución a sus sucesores.
La realidad es que hay mucha tela por donde cortar respecto al proceso de ejecución sucesoral en nuestro país, y existen muchas vías posibles para simplificar ese proceso a favor de los sucesores que no solo podrían abaratarlo para estos, sino que traerían beneficios sustanciales para el Estado y el Poder Judicial de manera general al reducir los conflictos que habitualmente se suscitan alrededor de estos procesos.
No obstante lo anterior, en esta ocasión solo me estaré enfocando en como se ejecuta este proceso en el sistema financiero. Ordinariamente los sucesores deben saber de antemano donde su familiar fallecido conservaba su dinero, sea en bancos, AFPs, Puestos de Bolsa, AFIs y sociedades fiduciarias, para luego ir individualmente a cada entidad a realizar todo el proceso legal de recuperar ese dinero, lo que puede ser notoriamente difícil.
El proceso implica suministrar actas del estado civil (acta de defunción, actas de nacimiento, etc.), actos de notoriedad, recibos de pago de impuestos, entre otros documentos, en original, en cada entidad donde la persona fallecida tenía dinero para que los sucesores puedan recibir ese dinero.
Para mejorar sustancialmente la situación para los sucesores propongo la constitución de un fideicomiso público que centralice todas las tenencias dejadas por las personas fallecidas en el sistema financiero. El fideicomiso se encargaría de recibir las alertas y a su vez alertar a todas las entidades del sistema financiero del fallecimiento de una persona, luego recibir todos los fondos dejados por esa persona en cada entidad en el sistema y encargarse de la ejecución del patrimonio sucesoral financiero junto a los sucesores como vía centralizada de ese esfuerzo.
Hay múltiples beneficios derivados de esta centralización, no sólo para los sucesores, sino para el mismo sistema financiero y los terceros. Para los sucesores es evidente que no tener que adivinar donde su familiar guardaba su dinero, ni tener que llevar el proceso de ejecución sucesoral en múltiples entidades es un enorme beneficio, para los terceros (acreedores) tener claridad de donde elevar sus intereses sobre los fondos dejados por el fallecido es también un beneficio significativo, y para cada entidad del sistema financiero el poder descargar los costos asociados a estos procesos también es un gigantesco beneficio.
La implementación de algo de esta naturaleza requeriría afinar múltiples aspectos que tocan varias leyes, pero entiendo que los beneficios derivados de su implementación no solo para los usuarios, sino para el Estado en general, son más que suficientes para movilizarnos en esa dirección a la mayor brevedad.
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