El Ministerio de Trabajo anunció su intención de formalizar el trabajo en el hogar al anunciar las consultas públicas para una resolución en ese sentido. Al momento de escribirse el presente artículo aún no se ha publicado el proyecto de resolución, pero aprovechamos para resaltar algunos aspectos que la misma debe tener en cuenta para su funcionalidad considerando el impacto de dicha medida.
Primero lo primero, el trabajo en el hogar, realizado en su inmensa mayoría por mujeres, absolutamente debe ser formalizado y la personas que lo realizan recibir un trato digno por el trabajo que realizan. El esfuerzo del Ministerio de Trabajo es encomiable y debe contar con el apoyo de toda la sociedad para poder lograr la difícil meta de viabilizarlo.
Dicho lo anterior, los empleadores de ese tipo de trabajo deben poder deducir de su Impuesto Sobre la Renta los costos asociados a la Seguridad Social que derivarían de la formalización de este tipo de trabajo, como ya lo hacen los empleadores en el sector formal. La ejecución incondicional, transparente y fácil de dicha deducción para los empleadores del trabajo en el hogar va a ser indispensable para el éxito de esta medida.
Los empleadores de trabajadores del hogar deben poder realizar los pagos a la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) a través de un mecanismo definido con las entidades de intermediación financiera en el Sistema de Pagos de la República Dominicana, la TSS a su vez debe reportar dichos pagos a la DGII a los fines de acreditar de forma automática las sumas pagadas en el proceso habitual de retención del ISR del empleador en el mes siguiente, o como crédito a ser aplicado en la declaración jurada de cierre de año fiscal.
Así mismo el proceso de enrolamiento a la Seguridad Social tanto para empleados y empleadores del trabajo en el hogar debe ser drásticamente simplificado. La intermediación de la TSS en el proceso como enrolador, recaudador y pagador puede dificultar un proceso que con auxilio de las AFP y el Sistema de Pagos puede ser más sencillo, barato y amigable.
Por otro lado, Migración debe aterrizar y estabilizar la documentación de las trabajadoras del hogar extranjeras, no solo agilizando el proceso del otorgamiento de residencias de trabajo, sino generando un documento de identidad que pueda ser utilizado con seguridad en el proceso de formalización de ese tipo de trabajo y habilitar su enrolamiento en el Sistema de Seguridad Social.
Adicionalmente se debe establecer un punto único de contacto para la atención de dudas y reclamaciones derivadas de un proceso que terminará involucrando a múltiples entidades del sector público. Se debe tomar en cuenta que si bien todos aspiramos a que estos procesos sean los más digitales posibles, estos deberán coexistir con un servicio manual que sea razonablemente manejable para la mayoría de los usuarios.
La intención de formalizar el trabajo en el hogar es un enorme paso hacia adelante no sólo en favor las miles de mujeres que hacen ese tipo de trabajo, pero si pensamos de forma más amplia este podría servir como una prueba en vida real de un mecanismo que podría resultar de modelo y punta de lanza para facilitar una formalización más amplia de la economía. Por ello, el esfuerzo debe ser apoyado.
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