En la medida que se va calentando la conversación sobre una potencial reforma fiscal en República Dominicana, la necesidad de formalizar el 55% del mercado laboral no está recibiendo la suficiente atención que esto amerita si se considera, como así lo hago, que ese factor es fundamental para el éxito de cualquier reforma tributaria en nuestro país. En esta ocasión propongo algunos incentivos para estimular la formalización de la economía y aumentar la base recaudatoria del Estado para que la carga tributaria se distribuya más a lo largo de toda la economía y no se concentre en los hombros de los que siempre han pagado.
El Estado debe aterrizar a la realidad de que el costo de la formalidad en nuestro país es demasiado alto para la mayoría de los negocios y actividades económicas en los que participa su población. Para poder aumentar sus recaudaciones a través de una expansión de la base de sus contribuyentes los beneficios de la formalización deben ser sustancialmente mayores a los costos de formalizarse.
En una ocasión anterior propuse la sustitución del derecho a la cesantía de los trabajadores por un seguro de desempleo. El seguro de desempleo puede ser limitado a las pequeñas empresas como forma de incentivo a formalizarse. De esta forma estas pueden desmontar el costo que representa el pago de cesantías, que a veces puede ser peligroso para su propia existencia, y mantener sus trabajadores dentro de un seguro de desempleo que sería más asequible con costos más predecibles.
En República Dominicana podemos adoptar algo similar a lo realizado por México con el Régimen de Incorporación Fiscal, ofreciendo una exención al pago de ITBIS por las ventas hasta un monto predeterminado, también con un descuento sobre el ISR empezando por 100% con una reducción anual de 10% hasta su total desmonte en el décimo año a partir de la formalización de la empresa, así como también ofreciendo créditos fiscales por las retenciones que se le hayan aplicado por concepto del impuesto de transferencias y cheques y del ISR sobre los intereses recibidos por ahorros en el sistema financiero.
También se pueden establecer incentivos que faciliten el acceso al crédito para las empresas que pasen a formalizarse. En su momento propuse la creación de un Fondo de Garantías de Pymes, lo que puede ser complementado con un crédito fiscal sobre el ISR de hasta un 50% de las cuotas pagadas en créditos garantizados por dicho fondo.
Formalizar, formalizar, formalizar. Esta debe ser la consigna del Estado si desea hacer un caso para una reforma tributaria frente a los contribuyentes que siempre han cargado con el peso de esas reformas. Distribuir la carga entre más contribuyentes debe ser la propuesta para hacer este proceso más digerible y presentarlo tanto como un beneficio para nosotros los contribuyentes y el Estado que estaría aumentando sensiblemente sus recaudaciones en el largo plazo.
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