Retenciones en el sistema financiero.
En un artículo anterior ya había sugerido la eliminación del impuesto sobre transferencias bancarias y cheques, ya que su baja recaudación no justifica las distorsiones que crea en nuestra economía creando una barrera en la bancarización y estimulando aún más la informalidad. Continuando con mis propuestas enfocadas a una eventual reforma fiscal, sigo enfocándome en otros impuestos y retenciones que actualmente están afectando al sistema financiero.
El primero de estos es la retención de 1% en los intereses pagados a personas jurídicas y el 10% a personas físicas por concepto del impuesto sobre la renta. La existencia de estas retenciones, similar al impuesto sobre las transferencias y cheques, crean una distorsión importante en el sistema financiero y las dinámicas de ahorro en el país.
Este impuesto es particularmente lesivo para las personas físicas que en su inmensa mayoría no pueden descontar esta retención de su impuesto de la renta por ser asalariados y no hacer declaraciones anuales. Como alternativa sugiero facilitar un proceso de declaración de ingresos adicionales por parte de asalariados en los que estos paguen por dichos ingresos a partir de cierto umbral.
Implementar esta sugerencia no solo podría implicar un aumento sustancial de las recaudaciones, sino que le permitiría al Estado reducir su dependencia a este tipo de retenciones que utiliza a modo de captación de información de los ingresos de los contribuyentes en desmedro de la bancarización y la salud del sistema financiero.
De similar forma se debe considerar la eliminación de las retenciones por los pagos y el pago de intereses a personas o entidades en el extranjero, que actualmente ascienden a 27% y 10% respectivamente. Esto, en la práctica, suele suponer un incremento de los costos para el que hace estos pagos desde la República Dominicana que por lo general debe netearlos para que el beneficiario en el extranjero reciba el mismo dinero que inicialmente esperaba recibir si no existiera la retención, lo que opera en detrimento del pagador y de nuestro país. En el caso específico de las entidades de intermediación financiera que utilizan créditos del extranjero para financiar operaciones en el país, esto provoca un incremento sustancial en el costo del crédito para los actores económicos locales.
Desde la perspectiva de la Administración Tributaria los impuestos y retenciones en el sistema financiero suelen ser muy atractivos, ya que por la naturaleza de la actividad estas entidades tienden a ser mucho más transparentes en sus operaciones e invierten significativamente en el cumplimiento de sus obligaciones, en especial las tributarias. Eso dicho, el Estado debe cuidar no sucumbir a la tentación de cargar las operaciones del sistema financiero con impuestos y obligaciones de retención porque estas tenderán a permear en toda la actividad económica del país como una distorsión, y por el contrario debe buscar activamente su desmonte para estimular la formalización y bancarización, algo que en el largo plazo servirá dinamizar la economía, generar más empleos, promover mejores salarios y para aumentar las recaudaciones en su propio beneficio.
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