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Writer's pictureOrlando Gomez



De manera recurrente en esta serie de artículos con propuestas he hablado de diversificar los puntos de comercio internacional para la República Dominicana, primero para mitigar los riesgos asociados a una afectación en la economía de cualquiera de nuestros socios comerciales, y segundo por el impacto positivo que tendría en nuestra producción interna. En esta ocasión entiendo prudente llamar la atención sobre África, proponiendo poner especial atención y tomar acciones concretas para tener presencia comercial en dicho continente. 


África tiene muchas de las condiciones de plantarse como el futuro del desarrollo económico global para el resto de este siglo. Actualmente es la región cuya economía presenta el crecimiento más acelerado, tiene la población más jóven y mantiene un crecimiento poblacional que para el año 2050 le hará el hogar del 25% de la población mundial creciendo significativamente del 18% que representa hoy en día.


El problema más significativo que ha plagado al continente africano desde su descolonización, y la razón principal por la que no muchos ojos se han plantado sobre el continente, ha sido la inestabilidad política y social. Hoy en día incluso eso está empezando a ceder en muchos países y subregiones del continente, que habiendo finalmente encontrado algo de estabilidad le están empezando a cambiar la cara al estereotipo de África que se ha venido arrastrando desde el Siglo XX.


En adición a los países tradicionalmente más reconocidos por su estabilidad dentro de la región como Botswana, Cabo Verde, Seychelles, Namibia, Marruecos, Egipto y Sudáfrica, ya se vienen viendo algunas luces en otros, si bien frágiles, como en Ruanda, Niger, Costa de Marfil y Gambia. El proceso va a ser lento, posiblemente tendrá tropiezos, pero las condiciones se están dando para que una parte significativa de África empiece a caminar la ruta del desarrollo.


Históricamente África ha recibido muy poca atención en la República Dominicana y, salvo la competencia de Costa de Marfil a nuestra producción de cacao, rara vez es parte de nuestra conversación en materia comercial. Nuestros avances recientes en materia económica, manufactura y producción primaria podrían hacer de África un destino interesante para nuestro capital y exportaciones.


Por supuesto, abrirnos espacios comerciales en África va a representar muchísimos retos, más allá de los conocidos como la inestabilidad social y política de esa región. Pero es países como esos, donde la calidad de su producción local aún se encuentra rezagada, donde podemos encontrar oportunidades, y en un continente con el enorme potencial que hoy está empezando a mostrar África es donde pudiéramos encontrar altos retornos. No me hago ilusiones de que esos retornos lleguen en el corto o mediano plazo, esto podría tomar años sino décadas, pero en algún momento debemos dar los primeros pasos.


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