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Writer's pictureOrlando Gomez

Updated: Jun 23, 2022


Recientemente en los espacios de opinión internacional varios autores han venido empujando una nuevo concepto de política económica al que, si bien se le han acuñado nombres diferentes, se puede resumir como un progresismo desde el lado de la oferta. Confieso que mi atracción inicial al término se debió a que la simple mención del “lado de la oferta” tiende a rayar en un insulto en la mayoría de los círculos del progresismo, por estar asociado a la política económica del “lado de la oferta” que adquirió popularidad en los años 80s, pero esta idea del “progresismo del lado de la oferta” me parece de los conceptos más interesantes desarrollados en los últimos años.


El progresismo, en su breve historia, ha enfocado su recetario de propuestas de políticas públicas a enfrentar los costos de los bienes y servicios tanto en el mercado como desde el Estado con subsidios para la demanda o estableciendo controles de precios o regulatorios. La propuesta desde el “progresismo del lado de la oferta” es utilizar la enorme fuerza del gasto público y su control sobre la regulación para aumentar dramáticamente la oferta de bienes y servicios, empujando el objetivo más allá del “Estado de bienestar” hacia el “Estado de abundancia”.


Para un Estado como el dominicano, que le cuesta focalizar un 10% del total de su gasto hacia gastos de capital y más recientemente siquiera alcanzar sus propias metas de gasto, el enfoque del gasto hacia impulsar la oferta de bienes y servicios debe lucir, cuanto menos, atractiva. Sumado esto a que la estrategia no dependería enteramente de los esteroides que inyecta el gasto público sino también del aumento productivo derivado de facilitar la inversión privada para aumentar esa oferta y sostenerla en el tiempo, el concepto debería cuanto menos mover hacia una ponderación seria por parte de quienes hacen políticas públicas.


¿La electricidad está muy cara para los consumidores finales? Más que subsidiar el consumo eliminemos las barreras de entrada del sector eléctrico para mayores ofertas e inversiones en la generación privada en el país. ¿Vivimos en la paradoja de la coexistencia de un déficit habitacional y un incremento acelerado en los precios de las viviendas? Promovamos mayor densidad habitacional en las urbes eliminando los límites actuales y establezcamos alianzas entre el sector público y privado para la construcción de más viviendas multi habitacionales en las periferias. ¿No tenemos suficientes doctores para el desarrollo del plan de atención primaria? Reduzcamos las barreras académicas y profesionales para permitir la entrada de más doctores en formación e inmigrantes. ¿No hay suficientes candidatos de calidad para la carrera docente? Eliminemos las barreras académicas para optar por la nominación.


El enfoque de las políticas públicas hacia generar mayor oferta de los bienes y servicios que demanda la ciudadanía, no necesariamente mediante la reducción de las tasas impositivas, sino inyectándole todo el poder regulatorio y del gasto público del Estado podría generar cambios positivos dramáticos.


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