Es importante para la seguridad nacional que nuestras Fuerzas Armadas, por conducto del Ministerio de Defensa, tengan claramente definido el rol que estas juegan dentro de esa estructura. Con frecuencia se acude a nuestras Fuerzas Armadas para realizar patrullaje del tipo policial más por razones de apariencias que de efectividad, estas también fungen como guardia fronteriza y guardia costera. En esta ocasión propongo prohibir que las Fuerzas Armadas operen dentro del territorio nacional para fines policiales o en la ejecución de políticas internas, así como crear cuerpos autónomos especializados para atender algunas de las tareas que hoy realizan estas.
El Ejército de la República Dominicana, la Armada de la República Dominicana y la Fuerza Aérea de la República Dominicana deben estar centradas en la defensa del territorio dominicano de amenazas externas, no debiendo intervenir en acciones de naturaleza policial o en ejecución de políticas internas sin autorización del Congreso Nacional.
Esto permitiría al Ministerio de Defensa concentrar sus recursos en la especialización del cuerpo castrense y la inteligencia militar en la defensa de nuestro territorio de amenazas externas, sin degradarlos a ejecutar tareas de naturaleza puramente civiles, lo que puede impactar de forma negativa en la moral del personal que trabaja en dichos organismos.
Dicha restricción no debería ser una limitación para que la Armada y la Fuerza Aérea puedan continuar el patrullaje de nuestras fronteras marítimas para evitar la entrada de contrabando y sustancias ilícitas por esa vía, constituyendo estas una amenaza real de naturaleza externa a nuestro territorio que entraría dentro de su alcance.
Este cambio de alcance de nuestras Fuerzas Armadas requeriría la creación de nuevas unidades de seguridad para asumir los roles que hoy de manera ordinaria se les asignan a estas. Esto incluiría una Guardia Nacional para atender amenazas y calamidades internas, y una Guardia Fronteriza para la protección de la frontera terrestre con Haití y en nuestros puertos marítimos y terrestres.
La especialización de las fuerzas de seguridad es clave, y proteger esa especialización para preservar la moral y profesionalidad de esas fuertes es fundamental para que estas puedan ejecutar su rol de manera efectiva. Debemos ver nuestras Fuerzas Armadas como un gran mazo cuyo rol no es compatible con actividades de carácter policial o de ejecución de políticas domésticas, de esta forma estas podrán, realmente, estar preparadas para hacer frente a las amenazas externas sobre nuestra soberanía.
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