En mi artículo anterior, luego de reconocer la necesidad de un incremento en las recaudaciones tributarias del Estado y aceptando que va a ser poco probable que una reforma fiscal sea conocida en los próximos años, aproveché para detallar algunas formas en la que la Administración Tributaria podía implementar “quick wins” que produzcan un incremento material en sus recaudaciones sin necesidad de modificar el Código Tributario o entrar en una costosa y políticamente complicada búsqueda de consensos. En esta ocasión propongo algunos “quick wins” adicionales para lograr un incremento en la recaudación tributaria.
Aunque estoy en desacuerdo con la centralización de los pagos de la seguridad social (seguros médicos y pensiones) a través de la Tesorería de la Seguridad Social, y en el pasado he propuesto formas de deshacerlo, esta centralización sigue siendo la realidad sobre el terreno y supone una oportunidad de acceso a datos sumamente valiosos para la DGII que por el momento lucen subutilizados.
La DGII puede establecer un mecanismo de reportería con la TSS en la que esta última comunique los pagos recibidos por concepto de seguridad social de cada empleador suscrito a la TSS. Por su lado la DGII puede contrarrestar estos datos frente a los gastos reportados por dichas empresas por concepto de nómina y pagos por servicios profesionales. Por un lado esto podrá suplir la ausencia de declaraciones generalizadas de impuestos que buscaba la reforma fiscal original, y puede servir para atacar por doble vía la evasión no solo del impuesto sobre la renta de personas físicas y jurídicas, sino también la evasión de las obligaciones a la seguridad social.
Por otro lado, otro “quick win” que puede considerar la DGII en coordinación con el Ministerio de Hacienda es sustituir la recaudación de impuestos sobre bancas de apuestas que originalmente se intentó lograr con la reforma fiscal, con cargos administrativos en todo el ecosistema de permisología alrededor del negocio de las bancas de apuestas.
Actualmente el costo de los permisos, supervisión, regulación y seguimiento del negocio de las bancas de apuestas es tan barato que raya en lo absurdo. Montar una banca de apuestas es administrativamente más barato que instalar un food truck, y desde la perspectiva social y económica de la administración del Estado eso carece de sentido.
Si bien algunos de los costos de instalación de bancas de apuestas están fijados por ley, ley que puede ser perfectamente modificada con muchos menos fricción que una reforma fiscal, existen muchos costos administrativos en la supervisión y regulación de dichos negocios que no están adecuadamente cubiertos en la actualidad y que pueden ser ajustados mediante actos administrativos. Todo lo anterior teniendo una base legal bastante robusta con la cual justificar costos y tarifas bien en exceso de lo usualmente admisible por la naturaleza misma del negocio que se pretende regular.
La realidad es que desde el ámbito administrativo y aplicando modificaciones legislativas quirúrgicas es perfectamente posible que la DGII cultive una serie de “quick wins” que de manera sustancial cubra las metas de la reforma fiscal que ahora enviamos al olvido, pero sí requerirá que desde el Estado y la Administración Tributaria se pongan un poco creativos.
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