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Writer's pictureOrlando Gomez

Esta semana el dictador Nicolás Maduro buscará ser nuevamente juramentado como Presidente de Venezuela, mientras que por su lado el opositor Edmundo González Urrutia ha venido recabando apoyo internacional para impedirlo y hacer lo propio. No me atrevo a hacer predicciones sobre como terminarán las cosas en Venezuela, pero entiendo apropiado que en República Dominicana tengamos un plan de contingencia comercial, diplomática y geopolítica en caso de que se produzca la caída del chavismo en la hermana nación.


Una vez la economía venezolana logre romper las cadenas del chavismo, en unos años esta volverá a ser la 4ta más grande de Latinoamericana, aproximadamente 5 veces más grande a su tamaño actual. Ayudar a Venezuela a lograr ese hito debe ser clave para los intereses económicos y diplomáticos de la República Dominicana, dado al enorme potencial comercial que existe para ambos países. 


Venezuela siempre ha sido dependiente de su petróleo en total detrimento del resto de su economía, y esto no va a cambiar en el futuro inmediato, una vez caiga el chavismo esto le brindaría oportunidades a la República Dominicana para contribuir en el desarrollo de otros sectores más desatendidos de la economía venezolana, como su sector financiero, el agrícola, el turismo, energías renovables, manufacturas, entre otros.


Por otro lado, una Venezuela sin el chavismo sería un aliado nuestro indispensable para atender los problemas en Haití. El año pasado la prensa reportó que el chavismo declaró haber cancelado la totalidad deuda de Haití producto de Petrocaribe, que tan cierto o en que alcance se produjo esto aún no es claro, pero Venezuela es el acreedor de un cuarto de la deuda externa de Haití, y República Dominicana puede fungir como mediador y garante de no solo cualquier acuerdo de reestructuración de dicha deuda, sino de acuerdos de energía para Haití provenientes de Venezuela en el futuro.   


Una Venezuela sin chavismo podría coordinar con la República Dominicana la promoción de reformas políticas, sociales y económicas en Haití que le permita a nuestro vecino romper el círculo vicioso de subdesarrollo que actualmente le ata, siendo Venezuela un importante proveedor de energía para nuestro vecino.


Es difícil saber donde terminará Venezuela al final de esta semana, si a la historia reciente vamos, el chavismo conservará el poder con el apoyo de sus corruptas fuerzas armadas. Pero esto no significa que República Dominicana deba desistir de su esfuerzo diplomático para promover el retorno de la democracia en nuestra hermana nación, y más importante aún, debemos tener definido un plan de contingencia para nuestra actuación diplomática y comercial si ese objetivo se llegare a materializar.  


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