Es evidente que desde la perspectiva del Estado dominicano en Pedernales se estará escribiendo el próximo capítulo del desarrollo del país, utilizando el potencial turístico de la zona como su punta de lanza. Debemos tener en cuenta que estudio tras estudio ha mostrado que el turismo en pocas ocasiones sirve para reducir la pobreza, en algunos casos hasta la potencia, por lo que es importante que el Estado cuide las prioridades en su rol para lograr esa meta.
El Poder Ejecutivo tiene algunas herramientas a su disposición las cuales puede desplegar a un bajo costo. Los centros regionales del sur de la Policía, el Ministerio de Salud y Educación, entre otros pueden ser reubicados en Pedernales ofreciéndoles una mejor, y nueva, infraestructura y utilizándoles como modelos utilizando las mejores prácticas de cada sector para luego, partiendo de su experiencia replicarlo en todo el país.
De igual forma el Poder Ejecutivo puede lograr acuerdos con el Poder Judicial para ubicar en Pedernales el Departamento Judicial que hoy opera en Barahona, creando un programa que asegure que en dicho Departamento Judicial se garantice el acceso a una justicia rápida, definiendo las metas que debería tener el mismo e incluyendo en el proceso a la Jurisdicción Inmobiliaria y el Registro de Títulos. Esto debe venir a cambio de un compromiso del Poder Ejecutivo de cada año someter ante el Congreso el presupuesto adecuado para que el Poder Judicial pueda sostener las metas, y pueda crear y mantener la infraestructura física, tecnológica y de capital humano para lograrlas.
Por su lado, algo similar se debe hacer con la relativamente nueva Cámara de Comercio y Producción de Pedernales que debe operar como un ejemplo para el resto de las Cámaras de Comercio y Registros Mercantiles del resto del país, con costos relativamente bajos y tiempos de respuesta acelerados, debiendo el Estado hacer lo propio de cara a las oficinas de la DGII en la provincia. El objetivo debe ser no solo hacer de Pedernales un hub turístico, sino un hub comercial para el sur del país y las zonas fronterizas.
Por supuesto, la conectividad terrestre y aérea entre Pedernales y todas las provincias del sur debe ser mejorada sustancialmente, esto, en parte, para que la producción de la región pueda llegar a la demanda turística que se estaría generando, pero también para mejorar el acceso de los servicios públicos que estaría introduciendo el Estado a las personas en todas esas provincias. Algo similar debe ocurrir con la generación de energía y agua en la zona, donde el Estado debe dar espacio al desarrollo de proyectos que extiendan la generación de electricidad utilizando los recursos de la zona de forma sostenible.
El turismo genera ingresos económicos importantes para cualquier país, pero este no erradica o mejora la situación de pobreza de las zonas en donde opera por sí solo. Y si podemos dejar que las empresas turísticas jueguen su rol para que ese dinero empiece a entrar, es importante que el Estado juegue el suyo no solo en promover ese desarrollo, sino en hacerlo más incluyente para las personas que vivirán alrededor de este, empezando por establecer servicios públicos de calidad.
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